domingo, 26 de abril de 2020

¡Para que no nos lleven como borregos al matadero!

 «Como lo dispusimos con @IvanDuque, las personas de las finanzas, contabilidad, recursos humanos, administración, mercadeo, es decir, todo el back office seguirá en teletrabajo. Los únicos que saldrán del aislamiento serán los operarios de industrias y los obreros de construcción”.

Marta Lucía Ramírez, tweet 22 de abril. 

 


El gobierno uribista de Duque, privilegiando los intereses económicos de unos cuantos capitalistas y no la salud de los colombianos, mantuvo abierto hasta el 19 de marzo el Aeropuerto El Dorado y el tráfico aéreo en todo el país, 13 días después del ingreso del primer contagiado con Covid-19, esa decisión hizo posible la propagación del virus y la emergencia sanitaria consecuente; hoy contamos con 5379 contagiados y 244 personas muertas. La responsabilidad política de esa catástrofe es del gobierno nacional.

Nuevamente esos intereses económicos son los que motivan al gobierno a implementar su «reapertura gradual de la economía». La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, con su cinismo de clase, lo deja claro en su tweet: no todos vamos a exponer la vida. Los parásitos que viven del trabajo de los otros como Jaime Alberto Cabal presidente de Fenalco (Federación nacional de comerciantes), Rosmery Quintero presidenta de Acopi (Asociación colombiana de pequeños industriales), los Sarmiento Ángulo (dueños del grupo Aval), el grupo empresarial antioqueño (dueños del grupo Bancolombia) o los Santo Domingo (accionistas de Bavaria, D1) seguirán veraneando en sus casas de campo o en sus mansiones en el norte de Bogotá; ninguno de ellos viajará en el transporte público, irá a la obra o a la fábrica con mil o dos mil compañeros, tendrá que hacer fila en las urgencias de un hospital para poder acceder a un respirador artificial si se contagia y llega a estar gravemente enfermo.  

Es la clase trabajadora, somos miles de obreros los que vamos a volver a laborar sin contar con los mecanismos adecuados de protección contra el virus, sin que el país tenga la capacidad de aplicación y análisis de pruebas de detección masiva del Covid-19, sin haber ampliado la capacidad hospitalaria instalada y sin haber dado, al menos, las garantías de bioseguridad para los trabajadores de la salud. Esto supone, que con cualquier aumento de los casos de contagio, las muertes por falta de una infraestructura de atención médica crecerán exponencialmente, es decir, nos llevan como borregos al matadero. 

Existen compañeros trabajadores que están dispuestos a ir a exponerse a esa condena, pero eso tiene una explicación: ¡hay hambre en los barrios! y cuando falta el plato de comida en la mesa, cuando nuestros niños padecen hambre, estamos dispuestos a dar la vida misma. Nuevamente la responsabilidad de esa situación es del gobierno Duque que ha hecho lo que ha estado en sus manos para colocarnos contra la pared y que terminemos apoyando su criminal «apertura gradual». 

Duque gobierna al servicio de una pandilla de explotadores, es su representante. Por eso no llegan mercados a nuestros barrios y se pone en riesgo el pago de nuestros salarios o se pierden tantos puestos de trabajo cada día, porque el dinero público que sale de nuestro trabajo y del pago de los impuestos el gobierno se lo entrega a banqueros nacionales y extranjeros, a los terratenientes y a la burguesía en general que incrementa su riqueza aún en tiempo de pandemia, es por eso también que ni siquiera llegan los préstamos a las pequeñas y medianas empresas causando despidos masivos. También por eso ha aprovechado la pandemia para imponer un paquetazo de medidas anti-obreras.

El levantamiento de la cuarentena no puede quedar en manos de nuestros verdugos. No son Duque, su ministro de salud Fernando Ruíz  o los distintos representantes de la burguesía que aparecen en los medios de comunicación, los que deben tomar esa decisión, tampoco son los alcaldes y gobernadores que ahora capitulan a las presiones de la burguesía para «reabrir la economía», que  reprimen en los barrios los justos reclamos del pueblo trabajador. Claudia López, por ejemplo, ha deslegitimado las protestas barriales y ha pasado a reprimirlas con el Esmad, y lamentablemente aunque oponiendo cierta resistencia y discutiendo el ritmo, finalmente aceptó aplicar la «apertura gradual» de Duque. Quienes deben orientar cualquier medida sobre la cuarentena son los científicos y los trabajadores de la salud siguiendo las experiencias que han sido efectivas en la contención de la pandemia a nivel internacional.

 

¡Que las decisiones las tomen los científicos y el personal de salud!

¿Qué dicen los científicos? La viróloga y microbióloga Beatriz Parra ha planteado que no se cuenta con la información requerida para relajar la cuarentena pues no se han realizado las pruebas de contagio suficientes. Los hechos corroboran esa posición. La ciudad con más contagiados es Bogotá, en ella se realizan únicamente 2.000 pruebas diarias y se tienen represadas cerca de 3.000 por falta de reactivos, no son muchas más las que se realizan a nivel nacional , por lo que no se tiene una estadística confiable del desarrollo de la epidemia. 

El gobierno nos dice que se crearán protocolos de seguridad para evitar el contagio de los trabajadores que regresemos a fábricas, empresas y construcciones, pero a esta altura ni siquiera se les ha asegurado esa protección a los trabajadores del sector salud. El personal médico tiene en este momento 306 casos de positivos para Covid-19, es decir, el 6.7% de todos los casos en el país. Tal hecho no se puede explicar sólo porque ellos estén en la primera línea de atención, es consecuencia de que no se les han dado los equipos de protección en bioseguridad indispensables para desarrollar su labor. En algunos casos ni siquiera se les han pagado los salarios atrasados o se les despide por solicitar hacerse la prueba de contagio. 

Los conocedores del sistema de salud en Colombia advierten que no se cuenta con las herramientas para enfrentar un incremento de los contagiados. En el caso de Bogotá sólo se tiene la cuarta parte de los respiradores necesarios para responder al pico de la pandemia, es decir, si ese pico llega de forma más prematura porque se relaja la cuarentena y el virus se extiende de manera exponencial como puede suceder a partir de la «reapertura gradual», no se tiene la capacidad para atender la demanda de camas hospitalarias. La epidemióloga Zulma Cucunubá asegura que si se retoma la vida social como antes se tendrían tres contagios adicionales por cada infectado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que en América Latina lo peor está aún por venir, no hemos llegado aún al pico de la pandemia y acelerar su llegada nos conduciría a situaciones como las que se padecen hoy en Ecuador, país en el que ni siquiera la infraestructura funeraria da abasto. Si no escuchamos a los científicos y nos guiamos por las estupideces que salen a decir los voceros de los explotadores y el gobierno como la senadora uribista María Fernanda Cabal enfrentaremos una catástrofe aún peor a la que estamos viviendo.

 

¡Cuarentena sí, pero sin hambre!

El pueblo trabajador tiene hambre, pero no tendría porque ser así, los trabajadores hemos creado riqueza suficiente para afrontar la crisis generada por la pandemia, para atravesarla sin padecer la miseria y la muerte a la nos quieren condenar Duque y la burguesía colombiana. No nos dejemos engañar con el falso dilema según el cual sólo hay dos alternativas: mantener la cuarentena y morirnos de hambre o volver a trabajar para «reactivar la economía» y así tener con qué comer.

Lo que hay detrás de este falso dilema es el interés de que un puñado de ricachones no quieren dejar de ganar lo que venían ganando o que incluso quieren aprovechar la crisis para ganar todavía más, como pasa ahora con los bancos. Nosotros sostenemos que existe una tercera alternativa: colocar todos los recursos y riquezas de la sociedad al servicio del bienestar común, y no del lucro privado; así se podría hacer realidad la consigna de los barrios populares: ¡cuarentena sí, pero sin hambre¡, y enfrentar la pandemia desde una perspectiva científica en favor de la humanidad.

Lo que debemos hacer es exigir que esos recursos y riqueza se distribuyan entre la población con una renta básica mensual, que dineros como los que Duque entregó a los bancos -13.5 billones de pesos-, pasen directamente a los hospitales, clínicas y laboratorios, a la compra de mercados y al pago de una renta básica mensual a cada trabajador, lo mismo se puede hacer con los dineros que pagamos a la banca mundial por la deuda externa que equivale al 54% del PIB nacional. Nosotros invitamos a defender un programa de emergencia para afrontar la crisis como el que hemos venido sosteniendo desde este espacio (que usted puede conocer en el siguiente link: https://cacerolazoenlinea.blogspot.com/2020/04/programa-de-emergencia-contra-duque-y_12.html).

 

La única salida es la lucha organizada

A pesar de la dura situación que vivimos es posible luchar para exigir garantías y defendernos, prueba de ello y ejemplo a seguir son los trabajadores que viven en cientos de barrios populares y comunas que con su auto-organización, con sus bloqueos y con sus ruidosos cacerolazos nos muestran el camino. En ellos el trapo rojo ondea como bandera, como expresión de rabia, pero también de dignidad y de deseo de lucha.

Ejemplo son también aquellos que están en primera línea de la batalla contra la pandemia, los médicos y trabajadores de la salud, quienes ofrecen todo su empeño por cuidarnos pero también vienen realizando plantones y acciones de protesta contra los contratos precarios, los malos salarios y por el acceso a la protección de bioseguridad necesaria. 

Una actitud de lucha semejante la vimos inicialmente en los inmigrantes, los vendedores ambulantes e informales, los trabajadores de la construcción, y los presidarios que han protestado legítimamente por condiciones de salubridad necesarias para protegerse de la pandemia al interior de las cárceles y por ello fueron impunemente masacrados. Lucha continua es la de los líderes sociales y los defensores de DDHH que también siguen siendo impunemente asesinados en todo el territorio nacional -15 de ellos durante la cuarentena, 71 líderes sociales en total y 20 excombatientes de las FARC-. 

Quienes están resistiendo nos han mostrado sobradamente que hay formas de lucha en medio de esta difícil situación. Lo que falta es la decisión política de las grandes direcciones para fortalecerlas y unificarlas. Es urgente que todas las direcciones que confluyeron en el histórico paro del 21N, las que constituyeron el Comité Nacional de Paro: centrales obreras, organizaciones campesinas, indígenas, estudiantiles, feministas, partidos de izquierda y de oposición al gobierno; asuman su responsabilidad y rodeen de solidaridad y apoyo a todos los sectores que vienen resistiendo, que coloquen su organización y sus recursos para favorecer la coordinación unitaria de estas luchas. 

Muchos de quienes protestan en los barrios populares son los padres y madres de familia de los niños y jóvenes que estudian en los colegios oficiales, y en universidades públicas. Gran tarea corresponde a la dirección de Fecode, de la ADE y demás sindicatos regionales de colocarse al servicio de estas luchas; también a ASPU y sus distintas seccionales. Los profesores de base debemos exigir a los dirigentes asumir esta tarea.

Desde CACEROLAZO en línea llamamos a denunciar y rechazar la «apertura gradual» de Duque, necesitamos la mayor unidad de los de abajo para buscar revertir esa irresponsable y criminal medida carente de garantías, y exigir la práctica de una cuarentena como lo reclama la comunidad científica y los barrios populares. 

Hagamos el llamado a que el Comité Nacional de Paro considere positivamente la propuesta hecha por Gustavo Petro: «convocar al primer cacerolazo en cuarentena». Sí, un gran cacerolazo nacional, que sea parte de un plan nacional de lucha. Es urgente, es necesario, y si las direcciones lo llaman e impulsan con fuerza, sería posible. Un buen momento para llevarlo a cabo, como ha planteado la CUT, sería el próximo viernes Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores. Los dirigentes tienen la palabra.

 

Bogotá, 26 de abril del 2020

domingo, 12 de abril de 2020

Programa de emergencia: contra Duque y los ricos, en defensa de la vida, la salud, el empleo y la subsistencia digna


La primera gran catástrofe mundial del siglo XXI está en curso, aunque no podemos pronosticar la profundidad de su impacto, ha puesto al descubierto la decadencia y putrefacción de un sistema económico y social que por su sed desmedida de ganancia nos está llevando a la barbarie: EL CAPITALISMO.

Ellos, los capitalistas, los ricos y poderosos se preparan para salir de las crisis, descargándola sobre los hombros de los millones de trabajadores y pobres del mundo entero. Se equivocan quienes creen que la amenaza de extinción de la humanidad los hará reflexionar compartiendo sus monstruosas riquezas. Como nos indica el himno de los trabajadores -La Internacional-, la salvación de los trabajadores será obra de nuestras propias manos: “No más salvadores supremos, ni César, ni burgués, ni Dios, nosotros mismos haremos, nuestra propia redención”, esta es una verdad que la historia ha comprobado una y otra vez, por ello les proponemos levantar y defender como clase trabajadora el siguiente programa para enfrentar esta emergencia: 

1 - Para enfrentar la pandemia

• Todos los recursos del sistema de salud tanto público como privado quedan a disposición total para atender la pandemia y otros problemas de salud que no den espera. En consecuencia, todo el sistema de salud (incluidas EPS e IPS) así como las empresas nacionales y extranjeras que producen y comercializan servicios y productos de salud, incluidos medicamentos, pasan de inmediato a control del Estado, y les queda prohibido el ánimo de lucro, deben funcionar sólo con criterio social y eficiente para resolver la crisis. Por tanto, todo ciudadano deberá ser atendido gratuitamente, por cualquiera de esas entidades sin importar si está afiliado o no a determinada EPS o medicina prepagada. Los privados que se opongan a estas medidas, serán expropiadas sin indemnización y pasaran a control del estado.

• Todas las industrias que puedan reconvertirse o que técnicamente ya estén en condiciones de producir recursos que sean requeridos por el sistema de salud, deben colocarse de inmediato a su disposición. El gobierno deberá garantizar un inventario de necesidades, y emitir una orden de producción a estas industrias. Esta producción de emergencia será con criterio social, sin ánimo de lucro. Esto incluye: mascarillas, tapabocas, gel antibacterial, alcohol, camas hospitalarias, unidades de cuidados intensivos, implementos de protección para médicos, paramédicos y personal de aseo y vigilancia de hospitales, etc.

• Todas las unidades hospitalarias que puedan convertirse en Unidades de Cuidados Intensivos deben hacerlo. Todos los hoteles deben quedar a disposición del sistema de salud y de quienes requieran habitación.

• El gobierno gestionará de manera centralizada la importación inmediata de recursos hospitalarios y médicos que no se produzcan en el país. Esto incluye kit para diagnóstico de COVID-19 para realizar pruebas gratuitas y masivas. Para ganar poder de negociación con empresas de países imperialistas y transnacionales, Colombia hará unidad con otros países de América Latina.

• El gobierno buscará la cooperación científica, técnica y económica con todos los gobiernos de América Latina para enfrentar la pandemia, empezando por Venezuela, con la que compartimos 2.219 kilómetros de frontera.

• El gobierno nacional y los gobiernos departamentales y municipales deben cancelar los salarios y prestaciones sociales que le adeudan al personal sanitario y se debe establecer una contratación por el Estado, con todas las garantías laborales y salario profesional, de todo el personal médico, de enfermaría y paramédico.

2 – Para enfrentar la crisis económica y social

• Garantía de renta básica igual a un salario mínimo legal a todos los desempleados y trabajadores informales que por la cuarentena general se queden sin ingresos.

• Que se derogue el decreto por el cual el gobierno centraliza y agiliza las autorizaciones de despidos masivos. En su lugar, que se prohíba todo despido mientras dure la crisis. Que se prohíba cualquier rebaja de salario, de la jornada o licencia no remunerada o “vacaciones” impuestas por el patrón durante la cuarentena. Que se castigue a los especuladores. Que se conceda licencia remunerada o autorización de trabajo desde casa, sin ninguna desmejora salarial, a todo trabajador que no labore en áreas esenciales en estos momentos de crisis.

• Subsidio y financiación estatal barata a las pequeñas empresas y comercios para que cumplan estas normas de emergencia. Reintegro inmediato de todos los trabajadores despedidos desde que inicio la crisis de salud (ejemplo: los de servicio en tierra de Avianca, en OMA, en empresas de aseo).

• Para los trabajadores de los servicios esenciales que no se interrumpen durante la crisis: no sobrecarga laboral, que se contrate personal adicional con todas las garantías (para tareas de desinfección de vehículos y estaciones de trasporte público, etc.); pago de bonificación por riesgo, entrega de dotación de seguridad en salud conforme instrucción médica.

• Que todas las iglesias pongan sus templos y demás instalaciones a disposición de quienes requieran habitación, como los habitantes de calle.

• Congelamiento de precios de medicinas y artículos de primera necesidad. Moratoria en el pago de créditos bancarios a trabajadores y pobres. Congelamiento de arriendos. Claudia López anuncio no cobro de servicios públicos en Bogotá por un mes; el gobierno Duque impidió la aplicación de la medida, se requiere al contrario que se establezca en todo el territorio nacional y que se prolongue todo el tiempo que dure la crisis.

• A los estudiantes y profesores se les ha conducido a un modelo de educación virtual para el que no estaban preparados, el Estado colombiano debe asegurar la prestación del servicio de internet gratuito para la clase trabajadora y el pueblo pobre que carece del servicio o lo recibe con deficiencias y debe dotar de computadores portátiles a los estudiantes de los colegios y universidades públicas del país como lo han hecho países como Argentina con el programa Conectar Igualdad.  

• Ante la crisis económica y la caída de las bolsas de valores: estatización sin indemnización (ya se han apropiado de demasiado dinero) de todos los fondos de pensiones y cesantías (Porvenir, Protección, etc.). El Estado pasa a garantizar que no se pierdan el derecho a la pensión ni lo ahorrado como cesantía por los trabajadores.

• Derogatoria inmediata del decreto 444 que crea el FOME por que como dijo Claudia López es un “abuso absurdo que además disminuye los recursos que deben ser para la salud y el cuidado de la gente y los hogares”.

• El gobierno hará un Plan de emergencia alimentario y de salud para inmigrantes y población más vulnerable, con recursos de las empresas productoras -ganaderas y agrícolas- y comercializadoras de alimentos, con distribución de mercados puerta a puerta en barrios y veredas. Y, durante la cuarentena garantizará albergues gratuitos a inmigrantes, habitantes de calle y todos los ciudadanos que lo necesiten.

3 – Para financiar este plan

• La deuda externa del país, con bancos de países imperialistas, es de 556 billones de pesos (equivale a más de 567 millones de salarios mínimos mensuales, incluyendo subsidio de transporte). Sólo este año por deuda pública y privada, en capital e intereses, habrá que pagar 26 billones (equivale a casi 28 millones de salarios mínimos con subsidio de transporte). Esos bancos mega ricos llevan décadas parasitando de la riqueza del país. Que se suspenda de inmediato el pago de esta deuda, y que estos recursos queden para financiar este plan de emergencia.

• Duque con la reforma tributaria del año pasado les perdonó 9 billones de pesos a los grandes empresarios. Que se anule esa medida, y estos empresarios paguen la totalidad del impuesto para financiar este plan de emergencia.

• Las distintas iglesias se vienen beneficiando de exención de pago de impuestos por sus templos y otras riquezas. Que se anule esa medida, y las iglesias paguen impuesto proporcional a sus riquezas y a sus grandes ingresos por aportes de sus feligreses.

• Los bancos como Bancolombia, Banco de Bogotá, grupo Aval ganaron más de 7 billones de pesos el año pasado. Sólo Luis Carlos Sarmiento aumentó su riqueza en 3 mil millones de dólares. Que al sector financiero se le imponga un impuesto por esta emergencia por el coronavirus y la crisis económica equivalente al 50% de sus ganancias. Y se imponga un impuesto progresivo a todas las grandes fortunas y ganancias. Los bancos y entidades financieras que se opongan a estas medidas, serán expropiadas sin indemnización y pasaran a control del estado.

• Que se suspendan todos los planes asociados a la aspersión aérea con glifosato y erradicación forzada impuestos por Trump. Y que esos recursos sean para este plan de emergencia.

• Que se expropie sin indemnización a las empresas -nacionales o extranjeras- que saboteen o se resistan a acatar las medidas del plan de emergencia.

• Es abyecto y propio de un gobierno de lacayos que Duque declare su apoyo a la agresión militar imperialista a la República Bolivariana de Venezuela, pero es doblemente criminal que lo haga en medio de la actual situación de calamidad y urgencia. Los trabajadores debemos exigir al gobierno Duque que respete la soberanía nacional venezolana y colombiana, impedir que nuestro suelo se preste para cualquier tipo de amenaza al territorio del hermano país y que se destine cualquier recurso con ese fin. Los recursos nacionales deben estar al servicio del pueblo colombiano y de la solidaridad y fraternidad con los pueblos pobres de América Latina y el mundo, no del lado de las armas y la provocación de los países imperialistas. Criminal será cualquier intervención militar contra Venezuela como criminal es el bloqueo y las sanciones económicas sobre esta nación y sobre Cuba ¡Exijamos su terminación inmediata¡

• El presupuesto para la guerra, por ejemplo, la impuesta por Trump contra el narcotráfico que impulsa todas las formas de violencia en los campos colombianos, o la guerra que desarrollan los sectores burgueses en el poder para reprimir las justas luchas del pueblo trabajador debe ir al servicio de salud y la atención de las comunidades más pobres. Solamente para el mantenimiento del ESMAD se destinan 490.000 millones de pesos al año, como si esto fuera poco el gobierno Duque destinó 7.900 millones para comprar nuevas tanquetas; todos estos recursos y el consecuente desmonte del ESMAD, asegurarían en estas circunstancias la alimentación de miles de familias que lo requieren con urgencia.

• Que la CUT acoja la propuesta de FECODE de aportar por parte de todos los trabajadores un día de salario para el FONDO DE SOLIDARIDAD HUMANITARIA.

4 – Para que no se roben la plata del plan

Las declaraciones de Aida Merlano y del “Ñeñe” Hernández confirmaron el secreto a voces: el régimen político de este país, empezando por el gobierno de Duque, está y ha estado montado sobre la total corrupción, como lo dijo Petro: “El presidente ejerce un mandato ilegítimo”. Los políticos de los partidos que han gobernado a este país no sólo han estado al servicio de la oligarquía y se han beneficiado de la explotación a los trabajadores, sino que, insaciables, roban a diestra y siniestra. Por eso, para que todos ellos, en cabeza del gobierno de Duque, no se roben los recursos del plan de emergencia, para que no impongan un plan que beneficie a los ricos y haga que la crisis la paguemos los de abajo, es necesario ejercer control y vigilancia por parte de los trabajadores, los pobres y la comunidad científica y médica.

• Que el Comité Nacional de Paro, en representación del movimiento obrero, campesino, indígena, juvenil, popular y de las mujeres, encabece una acción de control y vigilancia sobre todos los recursos del plan y su ejecución.

• Que, desde las universidades, los sindicatos del sector salud y la comunidad científica se establezca una comisión de expertos en salud para la orientación estratégica del plan de choque contra la pandemia.

• Que el gobierno de Duque se someta a la vigilancia y control del Comité Nacional de Paro y de la Comisión de Expertos en Salud en todo lo relacionado con la ejecución y manejo del presupuesto del plan de emergencia.

• Que en los barrios populares y de trabajadores se organicen redes de solidaridad con los vecinos para colaborarse durante la emergencia, para ayudar a cuidar a los ancianos y a los más desprotegidos, empezando por los inmigrantes venezolanos, víctimas de xenofóbicas campañas de discriminación, y para ayudar a vigilar y controlar desde la base la ejecución del plan de emergencia y gasto del prepuesto. De igual forma se deben organizar estas mismas redes en los lugares de trabajo y en las organizaciones sindicales. Los trabajadores sindicalizados debemos ser ejemplo de solidaridad con nuestros hermanos de clase: trabajadores informales, vendedores ambulantes, inmigrantes y el pueblo trabajador más empobrecido.

Conquistar un plan como este para garantizar que la pandemia y que la crisis no la terminemos pagando los de abajo, dependerá de la lucha. Lucha que no puede olvidar en estos momentos los asesinatos de líderes sociales como el del dirigente campesino Marco Rivadeneira o masacres como la ocurrida contra los presos de la cárcel Modelo. En las actuales difíciles condiciones debemos ser creativos para ejercer la fuerza de nuestra movilización.

DECLARACIÓN: CONTRA LA AGRESIÓN IMPERIALISTA A VENEZUELA CON PARTICIPACIÓN DEL GOBIERNO DE DUQUE

 

Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad.

Simón Bolívar (1783-1830)


En medio de miles de muertos y millones de contagiados por el CODIV 19, el gobierno de Donald Trump ha decidido desplegar un gigantesco operativo militar sobre las costas del hermano país de Venezuela, con el argumento de “combate al narcotráfico”. Esta acción del imperialismo más poderoso del planeta, en momentos en los cuales las naciones necesitarían unir esfuerzos para salvar vidas y enfrentar la pandemia, devela la crisis de un sistema que se alimenta del olor nauseabundo de la destrucción y la guerra.

Esta agresión militar se da luego de que el régimen yanqui imputó cargos por “narcotráfico” y ofreció millonarias “recompensas” contra Maduro y otros altos mandos venezolanos. Así pretenden, además, disfrazar el ataque con el manto de una “operación antinarcóticos”. Como si no fuera que el gran negocio capitalista de los narcóticos se da fronteras adentro de Estados Unidos, y que del mismo se beneficia especialmente la gran banca imperialista.

Estados Unidos es por hoy uno de los principales productores de marihuana, cuyas ventas ascendieron a casi 9.000 millones de dólares y se estima que para el 2021 las ventas alcanzarán los 21.000 millones de dólares, según Tom Adams, director de BDS Analytics, que hace seguimiento a la industria del cannabis. En un artículo de James Petras titulado “How Drug Profits saved Capitalism"[1] plantea que “los beneficios de la droga, en el sentido más básico, se aseguran mediante la capacidad de los cárteles de lavar y transferir miles de millones de dólares al sistema bancario norteamericano. De acuerdo con los registros del Departamento de Justicia norteamericano, un banco sólo, el Wachovia Bank (propiedad hoy de Wells Fargo), lavó 378.300 millones de dólares entre el 1 de mayo de 2004 y el 31 de mayo de 2007 (The Guardian, 11 de mayo de 2011). Todos los bancos principales de los EE. UU. han hecho de socios financieros activos de los cárteles asesinos de la droga”[2].

El guion del “combate al narcotráfico” nos recuerda el cuento usado por Bush sobre las “armas químicas y de destrucción masiva” de Sadam Husseim, que le valió el apoyo del imperialismo mundial y de las burguesías lacayas como la colombiana. Pero luego las tales “armas de destrucción masiva” no aparecieron por ninguna parte, pero el país sí quedó destruido y su petróleo fue saqueado.

La guerra contra las drogas se ha convertido en el vehículo principal de colonización y militarización de América Latina. Un vehículo financiado e impulsado por el gobierno norteamericano y alimentado por una combinación de falsa moral e hipocresía. Para la muestra un botón, Colombia, el primer país productor de coca, es hoy con 12 bases militares gringas en su territorio, la punta de lanza del imperialismo contra los pueblos de América Latina, en especial contra Venezuela.

Está en curso una de las mayores crisis que ha enfrentado la humanidad: La combinación de una pandemia que ya ha matado a más de 100.000 personas y contagiado a más de un millón y medio, con una crisis económica que podría conducir a una depresión peor que la del 30. Este contexto hace que la decisión de Trump de agredir ahora a Venezuela sea vista como lo que es, un acto de brutal piratería.

No caigamos en el engaño del discurso “en defensa de la democracia” y “contra los narcóticos”, el fondo de la decisión del imperialismo yanqui es incrementar la presencia militar en la región con el fin de asegurar sus intereses hegemónicos en el hemisferio, eliminar todo atisbo de independencia destruyendo el régimen chavista en Venezuela perpetuar su dominio sobre los inmensos recursos económicos de América Latina y el Caribe, hoy en franca disputa con potencias emergentes como China y Rusia. Hoy a Estados Unidos le interesa reforzar más aún su control y opresión sobre América Latina cuando se dispone, junto con todos los burgueses, a hacerle pagar a los trabajadores y a los pobres los platos rotos por la pandemia y por la crisis de su economía capitalista.

Como se denunció desde Cuba: “El Comando Sur norteamericano, en marzo del 2018, hizo pública una información sobre su estrategia para nuestra región en los próximos diez años, los principales «peligros» o «amenazas» identificadas y el modo de enfrentarlas. Así mencionó a Cuba, Venezuela, Bolivia, «la lucha contra el narcotráfico», redes ilícitas regionales y transnacionales, mayor presencia de China, Rusia e Irán en América Latina y el Caribe…”[3]

La escalada del imperialismo contera Venezuela no cesa, desde el fracasado intento de golpe de estado en el 2002 contra Chávez, pasando la orden ejecutiva del “democrático” Obama declarando a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadunidenses”, el genocida bloqueo que ha causado el desplazamiento de 4 millones de venezolanos según datos de ACNUR, y ha supuesto pérdidas de 350.000 millones de dólares en producción de bienes y servicios entre 2013 y 2017, lo que equivale a entre 8.400 y 12.100 dólares por cada venezolano o al Producto Interior Bruto (PIB) de aproximadamente un año y medio[4].

Detrás de la campaña yanqui contra Venezuela hay razones geoestratégicas. El amo del norte jamás perdonó ni perdonará a los gobiernos responsables del fracaso del ALCA, (Tratado colonizante de libre comercio), a los gobiernos que promovieron la integración latinoamericana, centroamericana y caribeña contra los dictados de Washington. Las campañas contra los gobiernos de Chávez y Maduro, contra Evo Morales, Rafael Correa, los Kirchner, Daniel Ortega, Dilma Rousseff y Lula tiene el trasfondo de erradicar esos “malos ejemplos” de gobiernos que independizaban a sus países del imperio y que usaron gran parte de los recursos derivados del auge de las materias primas, para armar un entramado de bienestar social, brindando vivienda, salud y educación a los sectores más necesitados de la población.

La política de Estado del conjunto de la oligarquía yanqui para recuperar su dominación sobre América Latina, concentra en Donald Trump y su gobierno, la faceta más criminal. Al genocida bloqueo y las ilegales sanciones contra el pueblo venezolano, Trump ordena una escalada militar, con el desplazamiento de poderosos barcos de guerra, aviones espía y miles de tropas estadounidenses, cerca de las costas de Venezuela.

Estados Unidos con más de medio millón de contagiados, cerca de 20.000 muertos en su mayoría de la comunidad latina y afrodescendiente[5], es hoy el epicentro de la pandemia, por eso, esta ofensiva militar, empieza a ser duramente cuestionada en su interior, como una forma de ocultar la “mortal mala gestión”[6] del gobierno frente al COVID 19, siendo la demostración más dramática de un sistema decadente y putrefacto que debe ser erradicado antes de que nos conduzca a la barbarie.

Estados Unidos, como bien lo pronosticó el libertador Simón Bolívar, continuará si no lo impedimos con su rol de gendarme colonizador violando cada vez que la plazca la soberanía nacional de los pueblos de América Latina y del mundo.

Como buen lacayo Duque no tardó en apoyar la agresión, y anunciar la participación junto con otros 23 países en la quinta fase de la llamada Operación Orión, que más allá del pretexto de la lucha contra el narcotráfico, constituye realmente la participación de Colombia en la agresión militar contra Venezuela. El apoyo a esta demencial acción dada por el gobierno de Iván Duque, pone sobre el tapete el papel servil que históricamente ha desempeñado la oligarquía colombiana, al colocar al país como portaviones del imperialismo en América Latina.

Duque tiene el cinismo de sumarse al ataque yanqui a Maduro por “narcotraficante” cuando a ojos de todos los colombianos quedó claro que para llegar al gobierno este gobierno contó con el apoyo activo de narcos como el Ñeñe Hernández así como lo hiciera en el pasado reciente su mentor Álvaro Uribe. Habla del combate al narcotráfico, cuando no dudo en apoyarse en el grupo narco paramilitar de los rastrojos para que el autoproclamado Guaidó cruzara la frontera para atacar a Venezuela.

Para los trabajadores y pueblo pobre de Colombia, esta posición del gobierno uribista de Iván Duque que pretende conducirnos a una guerra con nuestro hermano pueblo de Venezuela es sencillamente un acto criminal, como lo es el sistemático asesinato de líderes y lideresas sociales, que bajo su nuevo gobierno se ha disparado. Criminal fue no cerrar el aeropuerto el Dorado a tiempo para contener los contagios importados. Y si de atacar a alguien por criminal se trata, qué decir del uribismo que fue gestor de la ley 100 cuyo resultado es la destrucción del sistema de salud pública en Colombia, creador de EPS – IPS que hoy se enriquecen con la salud de los colombianos, que sobre explota a los médicos y paramédicos con contratos precarios, y ahora los conduce a la muerte sin mecanismos de protección para enfrentar la pandemia. Criminal es no garantizar a las familias pobres condiciones dignas de alimentación y vivienda para hacer la cuarentena. Criminal es estar facilitando a los capitalista la reapertura de empresas, para que puedan seguir obteniendo ganancias con la explotación de los trabajadores, así eso signifique llevar al matadero de la pandemia al trabajador y su familia.

La exigencia del cese inmediato de toda acción bélica contra Venezuela, el levantamiento del brutal bloqueo contra su pueblo, así como el respeto a la soberanía de los pueblos, debe ser la posición de todos los trabajadores, demócratas y luchadores revolucionarios del continente y del mundo. Quien no se coloque del lado del pueblo agredido contra el imperialismo agresor y sus cómplices, quien no esté por la derrota de los ejércitos invasores, en este caso el colombiano, pasara al basurero de la historia como el traidor a la causa de la libertad.

Saludamos a todos aquellos que se han pronunciado contra esta nueva agresión, a los miembros del parlamento colombiano que han pedido explicaciones a Duque por su apoyo al gobierno yanqui, a los compañeros de la CUT y demás sectores políticos y sindicales que han repudiado esta acción.

La escalada de Estados Unidos contra Venezuela exige ir más allá; resulta urgente que la CUT y el Comité Nacional de Paro encabecen el llamado a la más amplia unidad de acción con todos aquellos que acuerden en rechazar la agresión imperialista a Venezuela, en defender su soberanía, y en repudiar que el gobierno uribista de Duque comprometa a Colombia en tal ataque a una nación hermana.

 

¡Retiro inmediato de las fuerzas desplegados por el ejército yanqui sobre las costas venezolana!

¡Cese del criminal bloqueo y de las sanciones ilegales contra Venezuela y Cuba!

¡Suspensión por parte del gobierno colombiano de toda maniobra que atente contra la soberanía de Venezuela!

¡Retiro de las doce bases militares de yanquis del territorio colombiano!

Retiro inmediato de Colombia de la llamada Operación Orión, y uso ya de esos recursos económicos y logísticos para enfrentar la pandemia, dar alimentación a la población más pobre mientras esta dure, pagar salarios adeudados a personal médico y paramédico, y dotarlos de recursos requeridos para sus labores.




[1] https://cnnespanol.cnn.com/2018/02/01/marihuana-legal-estados-unidos-industria-auge/

[2] https://www.sinpermiso.info/textos/el-papel-de-wall-street-en-el-narcotrfico-negocio-boyante

[3] http://www.granma.cu/mundo/2018-08-09/bases-militares-de-eeuu-en-america-latina-y-el-caribe-el-plan-suramerica-09-08-2018-17-08-04

[4] https://actualidad.rt.com/actualidad/305334-consecuencias-economicas-bloqueo-financiero-venezuela

[5] https://elpais.com/sociedad/2020-04-09/el-coronavirus-mata-mas-a-los-hispanos-en-nueva-york.html

[6] https://www.newsweek.com/trump-administration-drug-venezuela-operation-distract-coronavirus-1496044?em

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